Alter Ego es un nuevo show virtual producido por FOX de temática de competición de canto. Varias personas, a través de sus avatares virtuales, salen al escenario y actúan dando lo mejor de ellos. Los avatares replican los mismos movimientos e, incluso, las mismas emociones. Tanto el jurado como el público solo ven los avatares de los participantes, convirtiendo este show en algo más allá que The Voice y haciéndolo único en su género. Pero, ¿cómo se hace todo esto que parece tan de ciencia ficción?
Para grabar, Alter Ego tiene un total de 14 cámaras, de las cuales 8 tienen una tecnología de tracking avanzada (seguimiento de movimientos). No es algo que se esté haciendo en post-producción; si nos fijamos, en el techo hay miles de pestañitas plateadas que mapean el escenario y posicionan al avatar virtual dentro del mundo real.
Las cámaras inteligentes se comunican con el motor Unreal Engine y renderiza los avatares en tiempo real. En el caso de Alter Ego, los modelos 3D son creados por Silver Spoon junto al feedback de los concursantes. Todos los elementos que hacen esto realidad, desde el color de ojos hasta la captura de movimiento, se unen en un servidor que está al lado del escenario y forma lo que vemos en pantalla.
Al ser una tecnología muy avanzada y de reciente creación, todavía hay varios temas a tener en cuenta a la hora de que haya la menor cantidad de errores posibles. El personaje siempre ha de estar delante de cualquier elemento, por lo que, si por ejemplo quieres poner un piano y que interactúe con él, hay que poner las cámaras de forma que el avatar no parezca que se está comiendo el piano o atravesándolo.
Hay movimientos escasos en algunas de las partes de los avatares, tales como la boca. Es muy complicado a día de hoy reproducir de forma fiel y a tiempo real todos los músculos faciales; la gente no suele ser consciente de estas cosas y critica mucho este aspecto. Pero en un futuro no muy lejano seremos capaces de reproducir las emociones de forma mucho más certera.
Hay personas que consideran que es un gran avance en este tipo de shows, donde puedes juntar el mundo real con el virtual y crear algo único. Otras opinan que es una buena forma de dejar atrás los aspectos físicos de los concursantes y centrarse en su elemento más importante a la hora de cantar: su voz. De hecho, alguno de los concursantes de la promoción actual tiene algún tipo de trastorno y, en escena, no se ve. Otros, como Matthew Lord, afirma que este mundo no está hecho para alguien de su edad (60 años) y que Alter Ego es una oportunidad enorme para él.
Sin embargo, precisamente por el mero hecho de ocultar la identidad física, para algunos este programa es una aberración. Piensan que la idea de los avatares virtuales es una forma más de llegar a la perfección y dejar a un lado los defectos reales, poniendo presión en la sociedad una vez más.
Por último, varios críticos desaprueban la calidad de los avatares de los concursantes: «we live in the universe where to watch Alter Ego is to witness an array of dead-eyed, herky-jerky PlayStation 2 non-player characters wobble and lurch through some of the most forgettable songs of the last 15 years» («vivimos en el universo donde ver Alter Ego es ver cómo personajes no jugables de PlayStation 2 se tambalean en un escenario e intentan interpretar canciones olvidadas de los últimos 15 años»), tal y como plasma Stuart Heritage en su artículo de The Guardian.
Sin duda, es un show que va a dar mucho que hablar en los próximos años y no va a dejar indiferente a cualquiera. ¿Estamos ante el futuro de la TV?